FUERA DE RUTA 1: CUIDADO CON LO QUE DICES

 Quien me conoce sabe que no soy una persona especialmente ordenada, pero estaba intentando llevar un orden en el blog para contaros desde los primeros pasos hasta la adolescencia, que es la etapa que me está tocando ahora. Ayer noche pasó algo que quiero compartir, por eso el título de fuera de ruta, aunque probablemente eso haga que me gane el título del peor del padre del universo. No podré decir que no es merecido, o al menos así me sentí anoche.

La cuestión es que, durante unos días, la familia solo ha sido tres, porque mi hijo mayor estaba jugando un torneo con su equipo de baloncesto (más adelante hablaré de las bondades del deporte para un TEA). Ayer nos volvimos a reunir todos, y como se ve que se "echaban de menos", estuvieron todo el día de pelea. El pequeño felicitó al mayor por haber ganado el torneo, y el mayor se lo tomó a mal, el mayor dijo X, el pequeño se lo tomó a mal. Todo el día, desde las 12 hasta las 23, aprovechando cada oportunidad para chincharse, molestarse o meterse con el otro. Normalmente, cuando se van a la cama, firman la pipa de la paz y están un buen rato de cháchara hasta que les tengo que regañar para que se duerman. Ayer no fue el caso. Ayer el pequeño, que tiene problemas para conciliar el sueño, decidió que el mayor no dormía, y estuvo dándole por saco para evitar que se durmiera, solo por molestarlo.

Tras todo el día de regañarles, con la paciencia desbordada, me fui para su habitación y tras prometerles que o paraban o iba a poner a sus móviles en modo avión y tirarlos por la ventana me reuní en el comedor con mi mujer, y ahí di rienda suelta a mi frustración. 

Las palabras exactas, o parecidas, fueron que nos podíamos jugar a los chinos a ver a quien nos cargábamos de los dos, porque estar con uno era un paraíso, y que cuando se juntaban era un infierno. Mi mujer y yo nos reímos, dijimos que nos habían costado mucho dinero criarlos hasta este punto y que no íbamos a desaprovechar la inversión. Nada más que eso, nada menos. Después de la explosión de frustración, que duró 1 minuto, me fui a dormir, y aquí no ha pasado nada, o eso creía.

Dos horas después mi hijo pequeño se levantó, asustado, diciendo que me había oído, y que no quería morir. Yo no lo había escuchado, pero cuando me lo contó mi mujer, el que se quiso morir fui yo. No soy una persona agresiva, jamás me he peleado con nadie, y no sé lo que es dar un puñetazo, ni siquiera una bofetada, pero mi hijo, al que muchas veces, cuando me la lía, le digo que lo voy a machacar, creyó que se me podría pasar por la cabeza asesinarlo porqué.....

Los autistas tienden a ser literales, y no captar sarcasmos e ironías.....

Es algo que sé, pero que a veces olvidas, porque tienen los mismos problemas; ¡hola, relación tóxica con tu hermano!, que cualquier adolescente, pero que está ahí, y con lo que hay que tener un especial cuidado.

Tras una noche de poco sueño y mucha culpa, lo primero que he hecho en la mañana es hablar con él y convencerle de que sería incapaz de hacerle daño. Amo a mis hijos con todo mi corazón, y jamás, jamás de los jamases, les pondría una mano encima, mucho menos acabar con sus vidas. Se lo he tenido que explicar, porqué a veces, son incapaces de distinguir esa información, obvia para los demás, del contexto.

Es el problema al que nos enfrentamos los padres de afectados de TEA, normalizas el autismo tanto que a veces dejas de prestarle atención, y los tratas como te han tratado a ti. A mi, mi madre, me decía que me iba a machacar, pero yo sabía que no era verdad, pero ellos no lo saben, se angustian, y al final todo cae en el mismo sitio, en el de recordarte que no sabes nada, y que tienes mucho que aprender. Los días son así, a veces puedes ser el padre maravilloso que quieres para ellos, y otras te equivocas. Ayer me equivoqué, pero lo importante es reconocerlo y avanzar, aprender.

Una de las cosas que me han enseñado mis hijos es que no es tan difícil pedir perdón, y que el respeto y la autoridad no menguan si pides perdón. Así que se lo pido, perdón por no ser todo lo que necesitáis, estoy aprendiendo con lo que me estáis enseñando, espero hacerlo mejor en el futuro.

Os quiero. Ahora, siempre.


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