Al que no quiere caldo, dos tazas
Ya tienes el diagnóstico de TEA debajo del brazo y empiezas a buscar información para ver como le hincas el diente. Libros, videos, conferencias, el doctor google, todo parece poco, aunque, con la experiencia que da haberlo pasado ya no había motivo: Mi chico era el mismo que hacía 2 meses, cuando no tenía el diagnóstico, y era un 10 de feliz. Aun así, y reconociendo que tiendo a obsesionarme con las cosas de salud, me lancé a un torbellino de información para tratar de entender y ayudar a mi pequeño socio, y que me vendría tan bien cuando tuvimos el diagnóstico del socio pequeño. Entonces es cuando descubrí que el TEA, normalmente, no suele venir, así, a palo seco, sino que a veces viene con propina, con lo que llaman comorbilidades, y que éstas son muy distintas entre caso y caso. En el caso de nuestros hijos, a pesar de ser hermanos, ninguno de los dos las comparten, para que podamos probar un poquito en plan pintxo de cada una de las propinas que vienen con el TEA. Las que nos